flores eternas

Nuestra flor crece en un ecosistema muy especial: las sabanas inundables de arena blanca del departamento de Guainía, un ecosistema endémico donde convergen la Orinoquía, la Amazonía y el escudo Guyanés. 

con los ciclos de la naturaleza

Tenemos dos variedades de flores que crecen de acuerdo con los ciclos de la naturaleza: 

  • Flor de verano / Schoenocephalium Teretifolium: resistente al fuego y las altas temperaturas.

  • La Flor de Inírida de Verano (Schoenocephalium teretifolium) tiene una cabezuela esférica, más pequeña y florece principalmente durante la época de sequía (Diciembre – Marzo).

  • Flor de invierno / Guacamaya Superba: crece en la época de lluvias e inundaciones. La Flor de Inírida de Invierno (Guacamaya superba) tiene la inflorescencia, piramidal, grande y florece principalmente durante la temporada de lluvias (Junio – Octubre).

detalles científicos

Se conoce como “Flor de Inírida” a dos especies de plantas herbáceas que tienen coloridas cabezuelas rojas con blanco. Estas plantas tienen un gran carisma y belleza, se encuentran representadas en la Bandera de Inírida, en el escudo del Guainía y tienen monumentos en la población. Las dos flores han sido eternizadas por la naturaleza, las duras condiciones del medio que habitan las convirtió en "Flores eternas" o Everlasting flowers. Para soportar intensas inundaciones y sequías estas flores se han desarrollado como estructuras firmes, recias, duraderas y hermosas, que no pierden su forma con el paso de los años. Las dos especies de Flor de Inírida se diferencian principalmente por la forma y tamaño de su inflorescencia (cabezuela) y la época del año en que florecen. Ambas especies de plantas son hierbas Monocotiledóneas de la familia Rapateaceae, endémicas de sabanas de arenas blancas (únicamente se encuentran en estos lugares), con suelos arenosos, muy pobres de nutrientes, ácidos y hostiles para las plantas comunes. 

Este ecosistema de sabanas solo existe en el extremo oriental Colombiano y el extremo occidental Venezolano, en inmediaciones de los ríos Atabapo e Inírida principalmente, en el punto donde se interceptan la Amazonía, la Orinoquía y el Escudo Guayanés  (Ver Mapa). Las inflorescencias de estas especies han sido tradicionalmente usadas como ornamentales por las comunidades locales, hasta tal punto que se han convertido en el ícono por excelencia de toda la región. Paradójicamente la estrecha distribución y la poca investigación sobre estas especies, sumada con la gran vulnerabilidad que padecen debido a sus lentos ritmos de crecimiento, la inadecuada extracción de sus inflorescencias y la transformación de las sabanas (cultivos, ganadería, quemas, minería etc.) hace imprescindible adoptar un modelo de conservación y manejo adecuado para estas plantas y el frágil ecosistema que habitan.